miércoles, mayo 11, 2005

Qué pasó!

Esta historia es larga y la parte absurda está mas abajo. Puede saltarse los 4 primeros párrafos.


En mi pega andan todos muy neuróticos por la cuestión de los inventarios, lo que obviamente contribuye con mi desánimo y ganas de salir corriendo de todas partes.

En la mañana me pasó una cuestión muy loca con la tapa del estanque de bencina del auto de mi papá. Estuve como 15 minutos tratando de separar la llave de la tapa famosa y luego de que finalmente logré sacarla y seguir camino al bosque de los lamentos, se me ocurrió tratar de arreglarla otra vez. Nuevamente quedó pegada la lesera y partí donde un viejito mecánico que le metió unos aceites y pócimas raras hasta q solucionamos el problema.

Apenas llegué a mi escritorio empezó a sonar el teléfono maldito (seguramente llevaba sonando un buen rato) y mi jefa con toda su histeria quería que yo solucionara mil cosas que ya estaban solucionadas y ella no entendía ni nada. A los 15 minutos apareció en la oficina arraastrando al señor jefe de los inventarios y preguntándole cuestiones que se supone sabía el señor de informática. Llegó el señor de informática y se pusieron los 3 a gritar como en la barra brava y yo metida al medio, repitiendo mi mantra mental "no se que chucha hago aquí" miltrescientasdieciocho veces hasta que ínventé que tenía que ir a buscar una cuestión a otro lado.

En el camino encontré a Mau que hablaba por teléfono con alguna novia (asumo por la cara de idiota que tenía), me hizo un gesto que no entendí y pasé volando por q estaba por largarme a llorar y eso me parecía patético a esa hora del día.

Y AQUI EMPIEZA LA PARTE MÁS ABSURDA DE LA HISTORIA.

Cuando volví a la oficina luego de un proceso mental a través del bosque de los mil acres, donde pensé "nadie puede vivir así!!", el número de contertulios había aumentado y ahora eran 5 los q se gritoneaban y daban lumazos en las cabezas. Y uno de ellos, era idéntico a Pedro Picapiedra!!!. Hize un esfuerzo para no reirme, pero al mirar esas caras emputecidas y rabiosas, q hacían la situación aún más absurda, por más que traté, no pude contener mi absurda explosión de risa, que, de los nervios que me vienen al no poder contenerla, se convierte en un llanto absurdo. Pensé, esto no me puede estar pasando!, la misma lesera que cuando me casé y no pude resistir la risa con lo ridícula que era la oficial civil y, mierda, justo en el peor momento que estaba viviendo en este trabajo!

Lo peor era que mientras yo me ahogaba en el espasmo de la risa-llanto, los 5 seguían discutiendo, y yo no podía dejar de pensar en lo increíble del parecido del señor ese con el Pedro Picapiedra, y me imaginaba mostrándoselo a la Loop y sus comentarios exactos, más risa me daba la tontera. Hasta que mi jefa se acordó de mí.

-qué te pasa Andreita?
-nada, es q me pegué con esta cuestión y me dio risa.
-pero si estay llorando!
-no, si me estoy riendo!
-pero si yo te veo llorando!
-no si de verdad me estoy riendo!

Apareció Mau y puso cara de pánico, qué pasa aquí?! dijo, y yo nada nada!, más me daba risa, y más me salían las lágrimas de los nervios, hasta que me salí de la oficina. Caminé con Mau por el pasillo eterno. Él me preguntaba calladito, que pasó ahi??, y yo cuando pude articular la palabra le dije:

-nada, te juro que nada...
-...
-... es q me dio risa ese señor igual a Pedro Picapiedra!



Se agarró la cabeza y soltó una carcajada que hizo eco por todas partes.

-que eres loca-dijo- me preocupaste.